lunes, 5 de marzo de 2018

UN FIN DE SEMANA CON PABLO ESCOBAR

             (por juan José hoyos)
Era un sábado de enero de 1983 y hacia calor. en el aire se sentía la humedad de la brisa que venia del rio Magdalena. alrededor  de la casa situada en el centro de la hacienda, había muchos arboles cuyas hojas viento, de pronto, cuando la luz del sol empezó a desvanecerse, centenares de aves blancas comenzaron a llegar volando por el cielo azul, y caminando por la tierra oscura, y una tras otra fueron pasando sobre las ramas de los arboles como obedeciendo a un designio desconocido. En cosa de unos minutos, los arboles estaban atestados de aves de plumas blancas. por momentos, parecían copos de nieve que habían caído del cielo de forma inverosímil y repentina en aquel paisaje del trópico.


sentado en una mesa ,junto a la piscina, mirando el espectáculo de las aves que se recogían a dormir en los arboles, estaba el dueño de la casa y de la hacienda, pablo escobar Gaviria, un hombre del que los colombianos jamás habían oído hablar antes de las elecciones de 1982, cuando la aparición de su nombre en las listas de aspirantes al congreso por el partido liberal desato una dura controversia en las filas del nuevo liberalismo movimiento dirigido entonces por Luis Carlos galán sarmiento.


-A usted le puede parecer muy fácil - dijo pablo escobar contemplando las aves  posadas en silencio sobre las ramas de los arboles. luego agrego mirando el paisaje, como si fuera el mismo Dios
-no se imagina lo verraco que fue subir esos animales todos los días hasta los arboles para que se acostumbraran a dormir así, necesite  mas de cien trabajadores para hacer eso...nos demoramos varias semanas.


pablo escobar vestía una camisa deportiva muy fina, pero de fabricación nacional según dijo con orgullo mostrando la marquilla. estaba un poco pasado de kilos pero todavía conservaba su silueta de hombre joven, de pelo negro y manos grandes con las que habían manejado docenas de autos cuando justo con su primo, Gustavo Gaviria, competía en la plaza mayorista de tocancipa  de Medellín.
- todo el mundo piensa que uso camisas de seda extranjeras y zapatos italianos, pero yo solo me visto con ropa colombiana -dijo mostrando la marca de los zapatos.


se tomo un trago de soda para la sed porque la tarde seguía muy calurosa y luego agrego
-yo no se que es lo que tiene la gente conmigo.